lunes, 14 de septiembre de 2009

¿Nos hemos vuelto locos?

Hoy me gustaría hablar un poco sobre el segundo de los pilares en que pretendemos basar nuestro proyecto, según definíamos en el post de bienvenida del pasado día 31 de agosto: empresa sin ánimo de lucro. Bufff, como introducción a este post suena bastante aburrido. Trataré de ser conciso, pero creo que es importante posicionarnos y expresar lo que pensamos sobre este tema desde el principio.

Antes que nada, subrayar que no tengo nada en contra de las empresas con ánimo de lucro. Vaya esto por delante. De hecho, han demostrado sobradamente tener un protagonismo muy importante en el desarrollo humano, con un balance (lo positivo menos lo negativo) muy favorable, desde mi punto de vista. Además, hoy por hoy, sería impensable un mundo con el nivel de vida actual (no entremos ahora en temas sobre el reparto de la riqueza) sin contar con las empresas capitalistas tradicionales.

¿Qué entendemos nosotros por empresa no lucrativa? En primer lugar, empresa. Permitidme que no recurra a ninguna definición de ningún gurú mediático sobre lo que es una empresa, y que me quede con la esencia de lo que me gustaría destacar aquí: organización destinada a generar riqueza. Esta es la clave, la generación de riqueza. Riqueza para subsistir de forma independiente, riqueza para progresar, riqueza para destinar al fin que consideremos adecuado.

Y ahora la segunda parte: no lucrativa. Si la empresa genera riqueza, ¿qué queremos decir con “no lucrativa”? Pues es sencillo: no reparte los beneficios generados a sus socios o propietarios, sino que estos beneficios se reinvierten en la propia empresa para seguir desarrollando su misión. ¿Y por qué queremos crear una empresa no lucrativa? De hecho, todo este proyecto podría encajar perfectamente con un modelo de empresa lucrativa. Pues bien, se trata sólo de una apuesta, de creer que este modelo empresarial es perfectamente viable y sostenible en el tiempo, y pretender demostrarlo con el ejemplo.

En realidad no pretendemos demostrar nada que no se haya demostrado ya. Hay un montón de ejemplos. Algunos muy buenos podéis encontrarlos en el libro que os recomendábamos en el primer post . En definitiva, trataremos de montar una empresa del tipo que Muhammad Yunnus (Premio Nobel de la Paz en 2006) denomina empresa social. El Sr. Yunnus es el fundador de Grameen Bank, o la banca de los pobres, en Bangladesh, y es el creador y gran impulsor de los microcréditos que tanto han mejorado las condiciones de vida de muchas personas. Os propongo que sea él mismo el que os explique en qué consiste esto de la empresa social, porque, sin duda, lo hace mucho mejor que yo y, además, ya tiene una gran experiencia en emprendimiento social , incluso en colaboración con empresas como Danone o Veolia (esta vez el video no está subtitulado, pero se entiende bastante bien para el que sepa un poquito de inglés):




¿Cómo veis todo esto? ¿Es una ida de olla o le veis un sentido? ¿Creéis que puede funcionar en un momento de crisis global como el actual? Vuestra opinión nos interesa mucho y nos anima a seguir y a mejorar nuestro proyecto.

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