viernes, 21 de mayo de 2010

¡10.000 años consumiendo miel!

Pues eso. Os preguntaba el otro día si os imaginabais desde cuándo consumimos miel. Parece ser que hace unos cuantos miles de años. La miel aparece en casi todas las culturas a lo largo de la historia y siempre como un bien especialmente apreciado: en el antiguo Egipto ya se utilizaba culinariamente para endulzar pasteles; los macedonios trasladaron el cuerpo sin vida de Alejandro Magno desde Babilonia hasta Alejandría sumergido en miel, por sus propiedades de conservación; durante el Imperio Romano, Plinio el Viejo dedica un espacio considerable en su obra Naturalis Historia a la miel, las abejas y sus múltiples usos.

Pero sin duda lo más sorprendente es que ya se conocía incluso en la prehistoria. Existen diversos testimonios en pinturas rupestres que lo certifican. Además, posiblemente el ejemplo más interesante a nivel mundial en este sentido se encuentra muy cerca de nosotros: se trata de una pintura en la Cova de l’Aranya en Bicorp (Valencia) que representa a una mujer y un niño (o dos mujeres, según las interpretaciones) que están recolectando miel de un panal. La cueva es del Neolítico y la pintura tiene ¡entre 8.000 y 10.000 años! Yo no la he visitado todavía pero parece muy interesante.

Este hecho parece garantizar larga vida a Bee Honey: estamos ante un producto que, después de 10.000 años, no ha perdido nada de su interés, al contrario, parece que está renaciendo con la gran cantidad de variedades monoflorales disponibles y productos derivados.


Foto: Wikimedia Commons

lunes, 17 de mayo de 2010

Para el verano, helado de miel


Ya huele a verano y cada vez tenemos más ganas de degustar algún que otro helado. Y aunque se trate de un alimento que no tiene fecha en el calendario, siempre se agradece más cuando empieza a hacer calor. Así que desde Bee Honey os traemos una receta de lo más original y deliciosa para estas épocas: el helado de miel.

Para ello necesitaremos 1 litro de leche, 350 gramos de miel de romero o de azahar, 8 yemas de huevo y 200 gramos de nata montada. Como veis, es una receta económica.

Vamos con la preparación: ponemos la leche en un cazo a calentar y cuando empiece a hervir añadimos 300 gramos de miel y removemos hasta que se disuelva completamente. Una vez disuelta la miel, retiramos la leche del fuego y vamos batiendo las yemas de huevo para añadirlas al cazo y seguidamente lo volvemos a poner a fuego lento. Ahora debemos dejar que se espese sin dejar de remover el contenido.

Haceros con un recipiente más grande que el cazo utilizado y llenarlo de agua fría. Después introducimos el cazo y así enfriamos el helado. Sobre todo no os olvidéis de ir removiendo mientras se enfría. A continuación, agregamos la nata montada con movimientos suaves hasta que todos los ingredientes queden bien mezclados.

Ya casi hemos acabado. Vertemos el helado en el molde deseado y lo dejamos en el congelador hasta que se solidifique. Y listo. Os damos un consejo: sacad el helado del congelador unos minutos antes de servir para que se derrita un poco, ¡estará más sabroso! Y para rematar, el toque final: regar el helado con un poco de miel.

Foto: flickr

martes, 4 de mayo de 2010

¿La miel se recolecta o se cosecha?


Buena pregunta. Pues las dos respuestas son válidas. O mejor dicho, la miel se puede cosechar y se puede recolectar. Las explotaciones modernas de miel, las típicas colmenas que todos nos imaginamos (sí, sí, esas son las modernas) cosechan la miel. Es decir, preparan las colmenas para que las abejas instalen dentro una colonia o agrupación de abejas alrededor de una reina y cuando las abejas han producido la suficiente miel esta se cosecha, o lo que es lo mismo, se recoge para su aprovechamiento como alimento. Otro día podemos entrar en el detalle de cómo se hace esto. Habitualmente se llama recolección o extracción a este proceso, pero técnicamente es una cosecha.

Pero también hay todavía algunas comunidades, normalmente en países en vías de desarrollo, en donde la apicultura es una actividad recolectora: los apicultores (apirecolectores sería más adecuado) van al campo en busca de panales y cuando los encuentran los vacían de miel. Este tipo de práctica puede parecer muy romántica, pero es muy destructiva dado que, habitualmente, el recolector no se preocupa por la continuidad de la colonia que habita el panal, ya que probablemente no vaya a ser él el próximo que vuelva a recoger más miel del mismo. De esta forma, con mucha frecuencia se acaba destruyendo la colonia.

Pero resulta que esta práctica era la originaria cuando comenzamos a consumir miel. Y esta parte sí es más romántica. ¿Sabéis desde cuándo consumimos miel los humanos? Os lo cuento en el próximo post, pero os avanzo que la respuesta me sorprendió bastante :-).

Copyright fotografía: CC http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Honey_comb.jpg#filelinks